La aficion por la jardineria esta en auge en Europa - Articulo numero: 00

Posted by Mae on January 13th, 2021

La jardinería es el arte y la práctica de cultivar los jardines. Consiste en cultivar, tanto en un espacio abierto como cerrado (arriates), flores, árboles, hortalizas, o verduras (huertos), así sea por estética, por gusto o bien para la nutrición, y en cuya consecución el objetivo económico es algo secundario.

El término "jardín", conocido desde el siglo XII, parece provenir del compuesto latino-germánico hortus gardinus que significa, Elementos decorativos de piedra literalmente, "jardín rodeado de una valla", del latín hortus, jardín fráncico, o gart o bien gardo "cerrado", tal y como si el jardín tuviera que defenderse contra los animales e incluso de los ladrones.

El término "jardinería" se conoce desde finales del siglo XIII (con él se designaba el conjunto de los jardines). Pero adquiere su rango de nobleza con el insigne tratado publicado por primera vez en 1709 titulado "Teoría y práctica de la jardinería", de Dézallier d’Argenville, letrado y secretario del rey, gran amante de los jardines. Hizo una síntesis de los conocimientos del Gran Siglo para el arte de los jardines y para las técnicas hortícolas. Por otro lado, Olivier de Serres, agrónomo, escribió en mil quinientos noventa y nueve «El Teatro de la Agricultura y Cuidado de los Campos» especificando todo lo que se precisa para cuidar, enriquecer y embellecer la casa rústica. Se trata, sin duda, de un manual agrícola en el que se explica la manera de administrar una propiedad rural (la propiedad de O bien. de Serres era de 150 ha.) y en el que la finalidad económica primaba sobre el hecho estético y el placer, pero la obra contiene un capítulo titulado «La Jardinería», con unos subtítulos: «Para tener Yerbas y Frutos: las Yerbas y flores olorosas: las Yerbas medicinales: los Frutos de los Árboles: el Azafrán, el Lino, el Cáñamo, la Granza, los Cardos, los Rozeaux y, además: la Forma de hacer las Conservas para la conservación de los frutos en general».

El término jardinería se utiliza, especialmente, para el uso, goce y consumición de los particulares mientras que el término horticultura designa la actividad profesional dedicada a la producción de frutos, flores, legumbres y otros productos vegetales. Sus principales denominaciones son: la horticultura para las legumbres, fruticultura para los frutos, floricultura para las flores y arboricultura para los árboles y arbustos. Pese a todo, puede ser empleado para actividades de tipo lucrativo, si la producción no es fundamental, por poner un ejemplo, cuando un horticultor vende, de manera directa, en un mercado. Esta situación es corriente en países donde los mercados continúan abasteciéndose a través de pequeños productores que podrían denominarse "jardineros".

La diferencia entre la jardinería y la horticultura es una diferencia de valores y de medios: la jardinería puede ser un entretenimiento o bien un medio para complementar los ingresos, al paso que la agricultura o bien la horticultura se anotan en los grandes circuitos económicos, con grandes superficies, cantidades y prácticas bien diferentes. La jardinería requiere, prácticamente siempre, la mano de obra y usa poco capital y medios mecánicos, son típicos ciertos útiles: una zapa, un rastrillo, una cesta, una regadera, una carreta. En comparación, la agricultura se sirve de tractores, segadoras, fertilizantes químicos, sistemas de irrigación, etc.

Desde el nacimiento de la jardinería se pueden constatar los primeros signos de sedentarismo de seres humanos con intereses de tipo económico en la jardinería, pero aquí se trata de valorar los primeros pasos de su nacimiento en el Viejo Egipto que tenían una connotación política y social. La fecha escogida puede explicarse por el hecho de que el nacimiento de esta cultura y la jardinería indican, las dos, un mismo factor: un aumento de la prosperidad. Esto deja la utilización de tierras, tiempo y técnicas agrícolas más por razones de estética y entretenimiento que de otra clase. Desde este momento es cuando se puede comenzar a charlar de jardinería propiamente dicha. Los jardines dejan demostrar, a algunos, su prosperidad, lo que demuestra que la jardinería juega asimismo, en determinado sentido, un papel socio-político.

Este cometido va creciendo con el tiempo. En Europa y en América del Norte, la gente pone de manifiesto sus opiniones políticas o sociales en el jardín, de forma intencionada o no. Por poner un ejemplo, el mensaje político de los partidos ecologistas, o bien algunas Organización no Gubernamental, como Greenpeace aconsejando los jardines silvestres y contra los minuciosos céspedes bien verdes.

Como todas y cada una de las actividades humanas en las sociedades occidentales, la jardinería no escapa a un cierto mercantilismo y toda una actividad económica se desarrolla alrededor de esta práctica. En su origen sostenida por el comercio del grano, la comercialización de las plantas y granos se acrecienta asegurada por la jardinería a la que acompaña una oferta de accesorios y productos de tratamientos diferentes que forman parte, hoy día, del paisaje de las zonas comerciales y de las grandes urbes. Viveros y empresas dedicadas a los espacios verdes completan la oferta de servicios accesibles al particular.

Si bien se puede aceptar que, en general, la jardinería ha estado al alcance de las clases sociales superiores, no se puede decir lo mismo respecto al resto de la sociedad. Conforme va medrando la prosperidad, los marginados de la jardinería reivindican sus derechos. En Europa, más concretamente en España, en el siglo XVI bajo los postulados del Renacimiento se edificó el primer jardín público del continente, en unos terrenos hasta entonces inundables en el centro de la ciudad de Sevilla conocidos como "la Laguna". En el sitio se abrieron acequias para drenarlo y se concibió un enorme jardín público arbolado, con fuentes, un monumento y estatuas que todavía se conserva, es la Alameda de Hércules1​ (1574). Más tarde, se puede decir que fue Inglaterra, durante la temporada victoriana, el país en el que el Estado comenzó a entregar tierras para la construcción de jardines públicos.

En nuestros días, y en Europa particularmente, frente a la falta, cada vez más creciente, de terrenos vírgenes, especialmente en las ciudades y alrededor de las mismas, un jardín es prácticamente un lujo. Mas se pueden lograr ingresos suplementarios para las personas menos favorecidas, impulsando la utilización de las tecnologías intermediarias (sobre todo la jardinería ecológica). Los jardines comunitarios que ofrecen el acceso a la jardinería para los ciudadanos, han logrado, así como con las ideas para esta clase de jardines, poder alimentar hasta cien ciudadanos.

En algunos países otros movimientos se han puesto en práctica, tales como el Slow Food, que han propuesto, por ejemplo, la creación de jardines alimentarios en las escuelas

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