Los mejores tips y trucos para evitar una plaga de insectos - Articulo numero: 4

Posted by Lemon on May 22nd, 2021

Los insectos son una clase de animales invertebrados del filo de los artrópodos, caracterizados por presentar un par de antenas, 3 pares de patas y 2 pares de alas (que, no obstante, pueden reducirse o bien faltar). La ciencia que estudia los insectos se denomina entomología.

Los insectos comprenden el grupo de animales más distintos de la Tierra con más o menos un millón de especies descritas,​ más que todos los demás conjuntos de animales juntos, y con estimaciones de hasta treinta millones de especies no descritas, con lo que, potencialmente, representarían más del 90 por cien de las formas de vida del planeta.​ Otros estudios más recientes rebajan la cantidad de insectos por descubrir a entre seis y diez millones de especies.

Los insectos pueden encontrarse en prácticamente todos los ambientes del planeta, aunque solo un pequeño número de especies se ha amoldado a la vida en los océanos. Hay más o menos 6 mil especies de odonatos​ (libélulas, caballitos del diablo), 20000 de ortópteros (saltamontes, grillos), 120000 de lepidópteros (mariposas y polillas), 160000 de dípteros​ (moscas, mosquitos), nueve mil ochocientos de dictiópteros (cucarachas, termitas, mantis), 5200 ftirápteros (piojos), mil novecientos sifonápteros (pulgas), 82000 de hemípteros (chinches, pulgones, cigarras), 375000 de coleópteros (escarabajos, mariquitas), y 153000 especies de himenópteros (abejas, avispas, hormigas). La biodiversidad de los insectos disminuye.

Los insectos no solo presentan una gran diversidad, sino también son impresionantemente abundantes. Algunos hormigueros poseen más de veinte millones de individuos y se calcula que hay mil quince hormigas viviendo sobre la Tierra. En la selva amazónica se calcula que hay unas sesenta especies y 3,2 × 108 individuos por hectárea. Se calcula que hay doscientos millones de insectos por cada ser humano.

Artrópodos terrestres tales como los ciempiés, milpiés (Myriapoda), arañas, escorpiones (Chelicerata) y las cochinillas de humedad (Crustacea) se confunden de manera frecuente con los insectos debido a que tienen estructuras anatómicos similares, pero son de forma fácil distinguibles, en tanto que los insectos presentan 3 pares de patas, al paso que los escorpiones y las arañas tienen 4 pares y no tienen antenas, las cochinillas de humedad poseen diez pares de patas y pueden enrollarse, los ciempiés y milpiés tienen muchos pares de patas.

Los insectos sociales, como las termitas, hormigas y muchas abejas y avispas son las familias más conocidas de animales sociales. Viven juntos en grandes colonias enormemente organizadas y genéticamente afines hasta tal punto que en ciertos casos son consideradas superorganismos. Diríase que la abeja doméstica es el único invertebrado que ha desarrollado un sistema de símbolos abstractos de comunicación en que un comportamiento se usa para representar y transmitir una información específica sobre el entorno. En este sistema de comunicación, llamado danza de la abeja, el ángulo control de plagas sevilla de la situación de la abeja danzante representa la dirección en relación al sol y la duración de la danza representa la distancia a la fuente de comestible de flores.

El sistema de comunicación de los abejorros no es tan avanzado como el de la abeja familiar mas también tienen medios de comunicación. Por poner un ejemplo, Bombus terrestris aprende más veloz como manipular flores cuando visita un conjunto de flores ignotas si ve a un coespecífico forrajeando en tales flores.

Únicamente los insectos que viven en nidos o bien colonias prueban una verdadera capacidad de orientación espacial o bien de navegación fina. Esto les deja volver a su nido que puede estar a unos pocos milímetros de muchos otros similares del resto miembros de la agregación de nidos tras un viaje de múltiples kilómetros. En el fenómeno conocido como filopatría los insectos que hibernan o bien pasan un período de dormancia demuestran una habilidad de rememorar una localidad determinada hasta un año después de la última vez que la vieron.

La mayoría de las especies de insectos tienen sexos separados, morfológicamente distinguidos entre sí, y deben aparearse para reproducirse. Sin embargo, además de esta clase de reproducción sexual, existen especies que pueden reproducirse sin aparearse e, incluso, este puede ser el proceso típico de reproducción en múltiples de ellas. Estas especies se denominan partenogenéticas y su género de reproducción es eminentemente asexual. Este mecanismo de reproducción está bastante distribuido en la mayoría de los órdenes de apterigotos. Si bien aún mucho menos frecuente, existen especies de insectos que son hermafroditas, es decir, llevan los dos sexos funcionales en el mismo individuo (como por servirnos de un ejemplo Icerya purchasi y Perla marginata).

Un buen ejemplo de especie partenogenética es el insecto palo (Dixppus morosus). Los machos en esta especie son sumamente escasos y las hembras comienzan a poner huevos no fertilizados en cuanto maduran. Estos huevos se desarrollan y abren con normalidad, dando origen a nuevas hembras. De esta forma una generación de hembras, genéticamente idéntica a la anterior, sucede a otra ininterrumpidamente. Esta clase de partenogénesis, en la que los óvulos se generan sin reducción del número cromosómico (sin meiosis) y las hembras dan origen a más hembras, se denomina partenogénesis telitóquica y es el mecanismo usual de reproducción entre los áfidos.

De un modo algo diferente, una abeja reina (Apis mellifera) puede poner huevos fertilizados (diploides) de los que surgen hembras, y huevos sin fecundar (haploides) de los que brotarán machos (los zánganos). En este caso, en el que la partenogénesis se genera a partir de óvulos que han surgido por meiosis por lo que hay reducción del número cromosómico, la partenogénesis se denomina arrenotóquica. Este sistema de determinación de sexo en el que las hembras son diploides y los machos son haploides se denomina haplodiploidía. Exactamente el mismo combina la reproducción sexual y asexual de una manera adaptativo y se encuentra bastante distribuido entre los himenópteros.

La mayor parte de las especies de insectos ponen huevos (son ovíparas). No obstante, hay casos en los que las hembras paren a sus crías, como por servirnos de un ejemplo en los áfidos. Los ejemplos de viviparidad, aunque escasos, son también muy diversos. En ciertos casos el huevo se abre justo antes de ser puesto; en otros, como en la mosca tse-tse, se desarrolla en el cuerpo de la madre y la cría no nace sino más bien hasta el estado de pupa. En ciertos insectos parásitos (Strepsiptera, himenópteros parásitos) un solo huevo puesto del modo habituado se divide repetidamente hasta lograr una progenie de hasta dos mil individuos, de igual genotipo y sexo, fenómeno conocido como poliembrionía. Las larvas poliembriónicas son en ocasiones caníbales, con lo que se consiguen establecer pocos adultos.

Un método muy singular de reproducción es el proceso conocido como paidogénesis. Las larvas de Miastor metraloas, por servirnos de un ejemplo, pueden reproducirse por sí solas a partir de huevos no fertilizados existentes en el interior de una gran larva viva. Las nuevas larvas crecen como parásitos en el cuerpo de su semejante y cuando se hallan maduras para surgir, la larva original muere. Las crías repiten el proceso, de forma que el número de larvas prosigue incrementando, hasta el momento en que se transforman en insectos adultos.20​21​

Los huevos pueden ser puestos solitarios o bien en grupos, en ocasiones dentro de una estructura protectora llamada ooteca. La manera y el tamaño de los huevos son tan variados como los insectos que los ponen. Los huevos de las mariposas, por poner un ejemplo, suelen presentar complicados dibujos, con una superficie cubierta de abundantes destaques y nerviaciones. Muchos insectos ponen sus huevos en las raíces, o en los brotes y tejidos tiernos de las plantas, o en los granos de los cereales e incluso, en otros animales. El sitio donde los insectos deponen los huevos, si bien variado, no es de ninguna manera azaroso. El propósito de elegir cuidadosamente el lugar de la puesta es siempre el mismo: poner los huevos en el sitio dónde las larvas recién nacidas estén rodeadas de alimento.

En la mayoría de los insectos la vida reproductiva de una hembra es muy breve y todos y cada uno de los huevos producidos son puestos en veloz sucesión en un lapso cortísimo. Sin embargo, en algunas otras especies, en especial en los llamados insectos sociales como abejas, hormigas y termitas, la vida reproductora de una hembra dura hasta tres años. Se estima que la reina de las termitas, por servirnos de un ejemplo, pone un huevo cada 2 segundos, día y noche, a lo largo de un periodo de 10 años. Como en la comunidad es el único adulto procreador, la población del termitero decrecería

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