Los mejores consejos para invertir en energia solar en Espaņa - Post numero: 16

Posted by Kierstead on July 22nd, 2021

La energía solar es una energía renovable, lograda a partir del aprovechamiento de la radiación electromagnética procedente del Sol. La radiación solar que alcanza la Tierra ha sido aprovechada por el humano desde la antigüedad, a través de diferentes tecnologías que han ido evolucionando. Actualmente, el calor y la luz del Sol pueden aprovecharse por medio de diversos captadores como células fotoeléctricas, heliostatos o bien recolectores solares, pudiendo transformarse en energía eléctrica o bien térmica. Es una de las llamadas energías renovables o energías limpias, que podrían asistir a solucionar algunos de los actuales problemas más urgentes que afrontan los seres vivos.

Las distintas tecnologías solares se pueden clasificar en pasivas o bien activas según como capturan, convierten y distribuyen la energía solar. Las tecnologías activas incluyen el uso de paneles fotovoltaicos y recolectores solares térmicos para recolectar la energía. Entre las técnicas pasivas, se encuentran diferentes técnicas enmarcadas en la arquitectura bioclimática: la orientación de las edificaciones al Sol, la selección de materiales con una masa térmica favorable o bien que tengan propiedades para la dispersión de luz, así como el energía solar diseño de espacios mediante ventilación natural.

En 2011, la Agencia Internacional de la Energía afirmó que «El desarrollo de tecnologías solares limpias, asequibles y también inacabables va a suponer un enorme beneficio en un largo plazo. Aumentará la seguridad energética de los países mediante el empleo de una fuente de energía local, inacabable y, aún más importante, independientemente de importaciones, va a aumentar la sostenibilidad, reducirá la polución, disminuirá los costes de la mitigación del cambio climático, y evitará la subida excesiva de los costos de los combustibles fósiles. Estas ventajas son globales. De esta manera, los costos para su incentivo y desarrollo deben ser considerados inversiones; deben ser realizadas de forma correcta y extensamente difundidas».

La fuente de energía solar más desarrollada hoy día es la energía solar fotovoltaica. Según informes de la organización ecologista Greenpeace, la energía solar fotovoltaica podría suministrar electricidad a 2 tercios de la población mundial en 2030.

Gracias a los avances en tecnología, la sofisticación y la economía de escala, el costo de la energía solar fotovoltaica se ha reducido de forma constante desde que se fabricaron las primeras células solares comerciales,​ incrementando a su vez la eficacia, y su coste medio de generación eléctrica es ya competitivo con las energías no renovables3​ en un creciente número de regiones geográficas, alcanzando la paridad de red. Otras tecnologías solares, como la energía solar termoeléctrica está reduciendo sus costes, asimismo de forma considerable.

La Tierra recibe ciento setenta y cuatro petavatios de radiación solar entrante (insolación) desde la capa más alta de la atmosfera.​ Más o menos el 30 por cien retorna al espacio, al paso que las nubes, los océanos y las masas terrestres absorben la sobrante. El espectro electromagnético de la luz solar en la superficie terrestre lo ocupa primordialmente la luz perceptible y los rangos de infrarrojos con una pequeña una parte de radiación ultravioleta.

La potencia de la radiación varía conforme el instante del día, las condiciones atmosféricas que la amortiguan y la latitud. En condiciones de radiación admisibles, la potencia equivale más o menos a 1000 W/m² en la superficie terrestre. Esta potencia se llama irradiancia. Nótese que en términos globales prácticamente toda la radiación recibida es reemitida al espacio (en caso contrario se produciría un calentamiento áspero). Sin embargo, hay una diferencia notable entre la radiación recibida y la emitida.

La radiación es utilizable en sus componentes directos y difusos, o bien en la suma de los dos. La radiación directa es la que llega directamente del foco solar, sin reflexiones o refracciones intermedias. La bóveda celeste diurna emite la radiación difusa debido a los múltiples fenómenos de reflexión y refracción solar en la atmósfera, en las nubes y el resto de elementos atmosféricos y terrestres. La radiación directa puede reflejarse y concentrarse para su utilización, mientras que no es posible concentrar la luz difusa que proviene de todas las direcciones.

La irradiancia directa normal (o bien perpendicular a los rayos solares) fuera de la atmosfera, recibe el nombre de incesante solar y tiene un valor medio de mil trescientos sesenta y seis W/m² (que corresponde a un valor máximo en el perihelio de mil trescientos noventa y cinco W/m² y un valor mínimo en el afelio de 1308 W/m²).

La radiación absorbida por los océanos, las nubes, el aire y las masas de tierra acrecientan la temperatura de estas. El aire calentado es el que contiene agua evaporada que asciende de los océanos, y asimismo en una parte de los continentes, ocasionando circulación atmosférica o bien convección. Cuando el aire asciende a las capas altas, donde la temperatura es baja, va reduciendo su temperatura hasta que el vapor se condensa formando nubes.

El calor latente de la condensación del agua amplifica la convección, generando fenómenos como el viento, borrascas y anticiclones. La energía solar absorbida por los océanos y masas terrestres mantiene la superficie a 14 °C.​ Para la fotosíntesis de las plantas verdes la energía solar se convierte en energía química, que genera alimento, madera y biomasa, de la cual derivan asimismo los comburentes fósiles.

A mediados de la década de mil novecientos noventa, comenzó a acelerarse el desarrollo de la energía fotovoltaica sobre tejados, tanto residenciales como comerciales, como las plantas de conexión a red, debido a la creciente preocupación por el suministro de petróleo y gas natural, el protocolo de Kioto y la preocupación por el cambio climático, como a la mejora en la competitividad de los costos de la energía fotovoltaica frente a otras fuentes de energía.

​ A inicios del siglo XXI, la adopción de mecanismos de subvención y políticas de apoyo a las energías renovables, que daban a éstas prioridad de acceso a la red, acrecentaron exponencialmente el desarrollo de la energía fotovoltaica, primero en Europa y después en el resto del planeta. La energía solar termoeléctrica (CSP), no obstante, aunque asimismo ha progresado en las últimas décadas, todavía supone una pequeña fracción de la contribución global de la energía solar al abastecimiento energético.

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