3 pequeños cambios que marcaran la diferencia con tu agapornis personata Numero

Posted by Cooley on December 15th, 2020

El agapornis es un tipo de ave que pertenece a la familia de los Psittaculidae, vulgarmente, algunos los llaman las aves “inseparables”. En verdad, su propio nombre viene de la nuevo de la palabra griega ágape, que significa amor o afecta, y ornis, que significa ave.

Puesto que el macho y la hembra de agapornis son inseparables, pasan mucho tiempo juntos, se arreglan las plumas el uno al o bien otro o bien se acorrucan juntos, es un nombre que le viene realmente bien.

La forma física de los agapornis es bastante peculiar. Se trata de papagayos pequeños, con un total de 9 especies, cuyo tamaño está comprendido entre los 13 y 16 cm, según que especie. Sus plumajes son muy coloridos y resaltan por su cola corta.

¿De qué manera suele ser el comportamiento de un agaporni?

Los agapornis suelen ser animales bastante fiables con el humano, si bien mucho más con lo de su especie y otras aves. Por norma general no suele ser un animal violento ni que suela agredir, a menos que sea sienta muy amenazado. Existen una serie de pistas que asisten a conocer cuál es el estado anímico del ave.

¿Cuánto vive un agapornis?

Es una buena pregunta. Lo cierto es que la esperanza de vida de estas aves no articulos relacionados varía en base la especie, sino más o menos todas y cada una suelen vivir lo mismo. Además, es una de las especies de aves más longevas.

El tiempo de vida medio es de unos doce años, pero con un buen cuidado, estas aves pueden llegar a vivir los quince años sin problemas siempre y cuando se les haya alimentado bien y el dueño le haya dado los cuidados adecuados. No es algo difícil, pues el animal solo precisa de unos veinte minutos de atención al día.

¿De qué forma saber si un agaporni es macho o hembra?

Todo el planeta dice que lo mejor es mirar los órganos genitales del ave para cuanto te preguntas de qué forma saber si un inseparable es macho y hembra, puesto que los huesos de la pelvis del macho están más juntos mientras que los de la hembra están separados y son redondeados, lo que deja que pueda poner los huevos. Mas hay otras pautas que ayudan a saber el sexo del ave.

Por ejemplos, a la inversa que en otras especies, las hembras suelen ser más grandes que los machos, debido a la dura tarea de poner los huevos. La cabeza de las hembras suele ser redondeada y con el pico más grande, al paso que los machos tienen una cabeza más uniforme y un pico pequeño. Las hembras suelen ser más agresivas y territoriales con otras aves que los machos.

¿De qué manera se puede lograr la confianza de un agapornis?

Muchos van a ver vídeos en Internet dónde los dueños llevan tranquilamente a sus agapornis del hombro o en su mano. Esto no es algo que se consiga del día por la mañana. Requiere de bastante tiempo de trabajo y paciencia a fin de que el ave coja confianza con su dueño.

Al principio lo mejor es sostener un tanto las distancias. El ave al estar encerrado en una jaula, sin tener nada de libertad, se va a sentir un tanto triste. Además, se encontrará en un entorno que no conoce, lo que lo pondrá un tanto nervioso. De tal modo que, a lo largo de los primeros días hay que eludir tocarlo o intentar cogerlo a toda costa.

Pasados dos días es cuando hay que comenzar a intentar ganarse la confianza del ave. Para ello lo mejor es que la jaula esté situada en una sala dónde se haga bastante vida social, como un salón o bien un comedor. Poco a poco hay que acercarse a la jaula y pronunciar su nombre, para que se vaya habituando a la palabra. Mas si se nota que el animal evita el contacto lo mejor es dejarlo estar. Poquito a poco el animal se va a ir acercando al dueño a reconocerlo. Mas aún no va a estar listo para dejarse tocar.

Va a llegar un momento en el que el animal no se amedrentará al ver a su dueño acercarse a la jaula. En un caso así hay que procurar comenzar a darle comida de forma directa de la mano, manteniendo la cama en todo momento. Al principio el animal puede que dude en acercarse, mas poco a poco lo hará. Quizás no se logre a la primera, mas lo terminará haciendo.

Cuando ya se consiga que coma sus “snacks” de la mano, es el instante de empezar a intentar que el agapornis se suba al dedo. Para esto hay que tocar sutilmente su abdomen, dándole un ligero empujón para animarlo a subirse. Es posible que se baje enseguida, con lo que en ese instante hay que dejarlo estar y regresar a probarlo al día siguiente. Al poco tiempo se habituará a subirse al dedo, y entonces va a ser el instante de sacarlo de la jaula con mucho cuidado. Es esencial que la habitación esté cerrada, puesto que no es extraño que el ave intente salir a explorar lo que le circunda.

La jaula, ¿de qué manera debe ser?

La jaula, el hogar de tu agapornis, no puede ser de cualquier forma. Hay que comprar una jaula que sea de calidad, a fin de cuentas, será dónde viva el ave a lo largo de su vida.

Comencemos por el tamaño. Se suele decir que “cuánto más grande mejor”, mas tampoco hay por el hecho de que “irse a lo más grande”. Para una pareja, por servirnos de un ejemplo, la jaula tendría que ser de 1 metro de largo, 0,5 metros de ancho y 0,5 metros de alto.

Por lo que para el caso en el que se va a tener una sola debe ser una jaula de 0,5 metros de largo y 0,47 metros de alto y de ancho. Pero lo mejor es que sea una pensada para dos aves, porque de este modo el agapornis tiene suficiente espacio para volar. Además, las jaulas siempre y en todo momento tienen juguetes y otros entretenimientos dentro, con lo que se terminan haciendo pequeño.

La forma de la jaula es tan esencial como el tamaño. No debe ser redonda, puesto que esto les provoca inseguridad al no tener un punto de referencia con el que sentirse sosegados, pues todos los puntos de la jaula son iguales. Tampoco tiene que ser una jaula con forma de casita, en tanto que al estar fabricadas en su mayoría por plástico, esto imposibilita que puedan escalar por las paredes. Conque, la opción mejor es una jaula rectangular con barrotes horizontales a fin de que se puedan sujetar con las patas o el picos. La distancia entre los barrotes no ha de ser de más de uno con cinco cm, evitando conque puedan meter la cabeza entre ellos y fallecer por ahoga.

Al menos la jaula debe tener dos puertas, una para que se les pueda administrar el agua y el alimento, mientras que la otra será a fin de que tengan un nido en el exterior si se fuera dedicar a la cría o bien a fin de que el ave pueda salir a estirar las alas cuando lo desee. Los comederos es mejor que se rellenen desde el lado de fuera, pues si se hacen por la parte interior se les puede dar una senda de escape de la jaula. Con el agua sería lo mismo, comprando un cilindro de plástico con el que pueda tomar el animal, especialmente en verano.

Hay muchos debates sobre la rejilla inferior en las jaulas de los agapornis. Es verdad que si está no existe, es más simple de limpiar, mas también hace que estos animales coman el alimento que se les haya caído al suelo, la cuál puede estar contaminada por sus heces, lo cuál no es nada recomendable.

En el fondo de la jaula para agapornis hay que poner algo que deje que sea fácil de limpiar, como papel de cocina o de periódico, junto con tierra singular para aves o bien maíz triturado. No hay que utilizar jamás tierra para gatos, puesto que su poder de absorción podría secar el buche del ave ni tampoco emplear papel perfumado.

Los agapornis canus asimismo conocidos por inseparables canos se caracteriza por la presencia del color blanco y verde brillante en su cuerpo. Esta característica diferenciadora le hace ser considerado como pajaros inseparables una de las especies de agaporni más bonitas.

Es otra de las variedades que presenta dimorfismo sexual y por ende se puede distinguir por su color al macho de la hembra. Tampoco tienen el anillo ocular perceptible que tienen otras de las cuatros especies.

Se halló por primera vez en la isla de Madagascar en mil setecientos ochenta y ocho por el científico Johann Friedrich Gmelin. Por su lugar de procedencia asimismo se conocen a estos ejemplares como inseparables de Madagascar.

La primera vez que se pudo ver este ejemplar de agaporni en Europa fue en el zoo de Londres en mil ochocientos sesenta. No ha sido una raza que haya proliferado mucho debido principalmente a las restricciones impuestas desde el gobierno de Madagascar, en tanto que solo han tolerado exportar esta ave en limitadas cantidades.

La enorme peculiaridad de los agapornis canus es la belleza de sus colores, sobretodo en el macho donde su cabeza, cuello y una pequeña una parte del abdomen es de color blanco o bien gris perla. El resto de su abdomen presenta un color verde brillante, y sus alas traseras son verde oscuro.

La hembra se distingue en que carece del color blanco de la cabeza y cuello, y su frente presenta una tonalidad verde grisácea.

Estos agapornis son altamente sensibles al agobio, con lo que es difícil tener agapornis canus como una ave de compañía, para este menester un roseicolli es mucho mejor. Conque la presencia del humano debe ser muy cuidadosa para no asustar a esta

Like it? Share it!


Cooley

About the Author

Cooley
Joined: December 14th, 2020
Articles Posted: 1