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Posted by Ruland on December 25th, 2020

Puerto de la Cruz es un municipio y urbe perteneciente a la provincia de Santa Cruz de Tenerife, en la isla de Tenerife, en Canarias.

Puerto de la Cruz fue el lugar donde comenzó el turismo en Canarias.1​2​ En el año 1886 en este pequeño puerto del valle de La Orotava se estableció el primer sanatorio del archipiélago para acoger a los turistas enfermos. Fue además el primer centro turístico español de campo europeo.

Se sitúa en el norte de la isla de Tenerife, en el val de La Orotava, limitando con los municipios de Los Realejos y La Orotava.

Tiene una extensión de 8,73 km², siendo el ayuntamiento más pequeño de la comunidad autónoma de Canarias.6​

El casco urbano se encuentra a 9 metros sobre el nivel del mar, estando el punto de mayor altura del municipio al pie de la Montaña de los Monjes, junto a la carretera de La Montaña.

Los orígenes de la ciudad se remontan a comienzos del siglo xvi, puesto que ya en mil quinientos dos existía actividad portuaria en el litoral portuense, si bien el núcleo de población dependía de La Orotava.

En su origen fue un poblado de pescadores que fue creciendo a medida que se acrecentaba el comercio local. El comercio del azúcar dio paso al del vino, estableciéndose su auge de exportación en la segunda mitad del siglo xvi, favoreciendo un proceso de desarrollo social y económico.

En 1603 se decide señalar un sitio específico en el Puerto de la Cruz donde levantar una iglesia y su correspondiente plaza.

A mediados del siglo xvii los vecinos empezaron a manifestar su voluntad de formarse en un lugar diferenciado, recibiendo la Real Provisión de Felipe IV el tres de mayo de mil seiscientos cincuenta y uno, lo que les capacitaba para nombrar alcalde pedáneo.

Puerto de la Cruz se transformó en el puerto más esencial de la isla en el momento en que una erupción volcánica destrozó el de Garachico en mil setecientos seis. Durante los últimos años del siglo xviii y principios del xix, el comercio de Canarias tanto de exportación como de importación -exceptuando el comercio que venía de las Indias Occidentales españolas y de Sudamérica-, puede decirse que estaba concentrado en el Puerto de La Orotava. Si bien es verdad que Santa Cruz de Tenerife era la población primordial en aquel tiempo, ya que preservaba el gobierno militar y financiero, toda casa mercantil estaba relacionada con La Orotava. Este proveía a las Islas de artículos de manufactura extranjera.

Hasta mil setecientos setenta y dos perteneció al municipio de La Orotava, siendo en ese año cuando se procedió a la elección de una junta municipal escogida por los vecinos.

En 1808 se obtiene una autonomía municipal plena, cambiándose en ese instante el nombre al moderno de Puerto de la Cruz.

Entre mil ochocientos doce y mil ochocientos quince el Puerto de La Orotava alcanzó una enorme actividad comercial, embarcando importantes cantidades anuales cara G. Bretaña y otros lugares.14​

El val de La Orotava atrajo a abundantes científicos y artistas ilustrados europeos a lo largo del siglo xix, fecha en la que se generó el llamado «descubrimiento científico» de Canarias. Notables visitantes como Sabin Berthelot, Olivia Stone, Philip Barker Webb, Christen Smith, Leopold von Buch o Elizabeth Murray entre otros muchos, fueron los primeros que tomaron con rumbo a las islas con interés científico. Desde aquí, las bondades naturales y climáticas del Valle de La Orotava fueron verdaderamente conocidas en Europa. Además de esto, se encomiaron las cualidades de muchos de los productos agrícolas de la zona norte de Tenerife, como es el caso del vino, ya nombrado por William Shakespeare en el siglo XVI mediante sus personajes y descripciones literarias.

Precisamente a estas razones, el turismo comienza a tener un peso esencial en la economía local a fines del xix. Fue en aquellos años cuando se edificó el Gran Hotel Taoro y comenzaron a remodelarse viejas casas familiares, como Marquesa o bien Monopol, para transformarlas en los primeros centros hoteleros de la ciudad. Finalmente, la auténtica explosión turística llegó en la década de 1950, cuando la urbe comenzó su transformación para convertirse en referente turístico de la isla y todo el archipiélago. Hecho que desencadenará por su parte una explosión urbanística con serias afecciones al entorno natural, tanto costero como agropecuario.

Por Decreto del Ministerio de la Gobernación de 26 de julio de mil novecientos cincuenta y seis se entrega el título de ciudad a Puerto de la Cruz en base al «prestigio alcanzado desde el punto de vista cultural, urbanístico, económico, demográfico, social y turístico, que le han transformado en uno de los más esenciales pueblos del archipiélago canario».

Puerto de la Cruz se presenta en la historia del turismo con una realidad específica. La economía de exportación establecida por los colonizadores europeos tras la conquista en el siglo xv generó durante décadas grandes movimientos comerciales y de viajeros. Los primeros visitantes extranjeros se sintieron de forma rápida atraídos por las ventajosas cualidades climáticas del val de La Orotava. Así pues, anterior al modelo de turismo de masas actual, existió en el Puerto de la Cruz un turismo de minorías privilegiadas, de élites que vienen interesadas por la climatología, la botánica y el calmo de este emplazamiento. Canarias no queda excesivamente lejos de Europa y los viajes por razones de salud son uno de los primeros motores que pusieron en marcha la factoría turística26​

El factor medioambiental en la elección del Puerto de la Cruz como destino turístico es, a fines del siglo xviii y también principios del xix el polo de atracción de numerosos estudiosos y exclusivos conjuntos de la clase alta europea. En esta etapa el Puerto de la Cruz se transformó en un centro cultural de primer orden, que alojó a numerosos viajantes y escritores ilustres, entre ellos William Wilde, Alexander von Humboldt o Sabin Berthelot. Testigos mudos de esta temporada son el Jardín Sitio Litre, el más antiguo de Tenerife con más de 220 años, así como el Jardín de Aclimatación de La Orotava fundado a fines del siglo xviii, siendo por entonces el único jardín de estas características existente en España junto con el Real Jardín Botánico de la villa de Madrid.27​ El Puerto de la Cruz se ganó por entonces un nombre entre los ilustres del marco internacional europeo, que a posteriori, con la llegada del modelo de turismo moderno, del ocio turístico alcanzable, le hará tener una situación ventajosa en frente de otros emplazamientos.

Los primeros turistas que llegaron a Canarias lo hicieron a este sitio, que no ha perdido su íntimo sabor marinero a pesar de los centenares de miles de viajeros que recibe cada año. Aún conserva intacto su muelle pesquero, donde arriban temprano las barquitas con el pescado fresco. Sentarse en la plaza del Charco es un placer excelente. O tomarse un helado en ciertas entrañables heladerías de sus alrededores. Luego está el privilegio de ver romper las olas en la costa de San Telmo, con el espectacular Lago Martiánez al fondo. Y todo eso conforma una postal fantástica.​

Aunque es el municipio más pequeño de Tenerife, con 8,7 km2, Puerto de la Cruz encierra atractivos como su casco histórico protegido o un amplio frente marítimo, perfecto para largos y sosegados paseos. Ocupa la costa del Val de La Orotava en un impresionante paisaje encabezado por los tres.718 metros de altura del Teide en su horizonte. Su agradable clima lo transformó en el primer centro turístico de Canarias, desde el instante en que la Sociedad Médica Británica del siglo XIX lo recomendó como un enclave ideal. Cuenta con temperaturas que oscilan entre los 22 °C y los 15 °C que dejan disfrutar del mar, el aire libre y la tranquilidad durante todo el año.

Este municipio ribereño, de gran tradición hotelera con sus más de veinte mil camas turísticas, ha acogido a visitantes tan reconocidos como Alexander Von Humboldt, Agatha Christie, William Wilde, Michael Jackson, André Breton o bien The Beatles, entre otros. La combinación que crean sus jardines de flores, las playas de arena negra, su zona comercial junto al mar y sus pintorescas calles empedradas cautiva al visitante y le ofrece una gran variedad de actividades para toda la familia.

Puerto de la Cruz es considerado Lugar de Interés tenerifecalida.com Turístico Nacional desde 1955 debido a su extensa historia como centro de reposo y vacaciones. Su valioso y cuidado casco histórico, con más de ciento cuarenta edificios protegidos, es una exquisitez para los paseantes, tanto turistas como locales, que recorren sus calles a lo largo de todo el año. Tiene la mayor densidad de restoranes y comercios de la Isla, con lo que las opciones para una comida y una jornada de compras

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